Llega final de mes y te ves con el agua hasta el cuello. Otra vez. Como siempre. Será verdad aquello de que cada peso cuenta, sobre todo cuando ya no puedes darte según qué caprichitos. Se acabaron las escapadas románticas los fines de semana; despídete de aquellas cenas en tu taquería favorita que te permitías algún día. Cuando los gastos de tu departamento exigen demasiado, tan solo puedes apretarte el cinturón e intentar respirar. Pero como nos encanta regalar consejos como si fuésemos el Oráculo de Delfos, a continuación os ofreceremos algunos tips para ahorrar gastos en el hogar. Tal vez ya habrás pensado en estas estrategias para luego desecharlas, considerándolas inútiles. O puede que nunca se te hayan ocurrido. Sin embargo, cuando las circunstancias requieren de una planificación, no queda otro remedio que estrujarse la sesera para dar con algo que funcione. Pero para eso estamos aquí, para librarte de ciertos esfuerzos. Porque economizar resulta más sencillo de lo que parece.
Establece un presupuesto
Las casas no se empiezan por el tejado, por eso la planificación de un presupuesto tampoco debe comenzar a partir de una medida concreta. Ya llegarás a eso a cuando sepamos de dónde proceden tus gastos. En internet, existen diferentes páginas que te permitirán saber cuánto y cómo consumes de manera mensual o anual, algo que te ayudará a organizar tus finanzas. Recurre a las calculadoras disponibles en estas webs para ir sumando dígitos, esperando que no sean demasiados.
Apaga las luces
Parece básico, lo de toda la vida. Aquello que te recordaba constantemente tu mamá cuando eras un niño: “¡Apaga la luz! Claro, como tú no la pagas…”. Pero no por eso la cosa deja de ser seria. Teniendo en cuenta que la iluminación representa un porcentaje elevado del gasto de tu hogar, los interruptores deberían apretarse siempre al abandonar cualquier estancia. Ese acto tiene que convertirse en un impulso automático. Como dar las gracias al recibir un regalo o pedir perdón cuando haces daño, tal y como también te solía decir tu mamá.
Bombillas LED
Sin dejar de lado el tema de la iluminación, aconsejamos el uso de bombillas de bajo consumo. A final de año apreciarás la diferencia y bendecirás el día que llegaron al Planeta Tierra. Puede parecer una tontería, pero no lo es. Y si no lo crees, pregúntaselo a la atmósfera y te dirá que se encuentra mucho mejor gracias a la utilización de esas bombillas, que reducen la emisión de gases invernaderos.
Instala un termostato
Para llevar un mayor control a la hora de regular la calefacción, es recomendable hacerse con un termostato que ajuste los grados en función de la temperatura ambiente. Se trata de un aparato que incluso puede programar la hora en la que se activan los radiadores. Olvídate de ciertos quebraderos de cabeza y deja que las máquinas piensen por ti.
Lista de la compra
No está de más elaborar una lista de la compra antes de acudir al supermercado, así evitarás llegar a casa cargado de productos que ya tenías o que no vas a consumir. Y mejor llénate el estómago antes de verte rodeado de lineales o acabarás empujando un carro rebosante de artículos innecesarios. Está más que demostrado. Tómate un aperitivo y calma tus ansias devoradoras.
Cierra los grifos
Otra cosa que también debería llevarse a cabo de manera instintiva. Resulta casi imperdonable dejarse el grifo abierto, desperdiciando agua a raudales. Los grifos deben permanecer cerrados cuando no los utilizamos. Es una regla de oro. Del mismo modo, tampoco debes dejar correr el agua cuando nos enjabonamos o mientras nos lavamos los dientes. Menudo derroche de dinero. ¿Acaso nos creemos Rockefeller?
Uso de la lavadora
Uno de los electrodomésticos que más gasto provoca de todo el hogar es la lavadora. De ahí la importancia de utilizar ciclos que sean más bien duraderos si quieres reducir tus costos, puesto que no acarrean un desembolso tan considerable en las facturas de agua y electricidad.
Cuidado con el refrigerador
Ahorrar energía también quiere decir ahorrar dinero. De ahí la importancia de hacer un buen uso del frigorífico. Procura no abrirlo ni cerrarlo innecesariamente, y si lo haces, debes cerrarlo a la mayor brevedad posible. Así no se perderá todo el frío acumulado. Tampoco es conveniente dejar los alimentos pegados a las paredes del refrigerador, pues impedirían la libre circulación del aire frío.
Piensa en el horno
Sabemos que es complicado deshacernos de las manías, pero cuando éstas suponen un gasto tremendo para nuestro bolsillo, tal vez deberíamos pensar en eliminarlas de nuestra conducta. Tal es el caso de abrir y cerrar el horno para comprobar en qué estado se encuentra lo que estamos cocinando. Cada vez que abrimos la portezuela, se escapa el calor y el aparato tiene que volver a acumular energía para continuar con su proceso. Confía más en tu pericia como cocinero para que no tengas que estar revisando cada dos por tres tus platos.
Aprovecha la vitrocerámica como es debido
El tamaño del fuego tiene que ser similar al de la olla o sartén que le vayas a colocar encima. Intenta que no sea más grande, pues se desperdicia mucha energía por el camino. Ajusta los utensilios de cocina a la medida del fuego que les corresponde. Y ya que estás, aprovéchate del calor residual para acabar de cocinar tus guisos.
No te fíes del standby
La mayoría de televisores no tienen ya botón de apagado y se quedan en standby. Pero cuidado con eso, porque siguen gastando energía. Si puedes enchufarlo a una regleta que cuente con un interruptor, mejor que mejor.
No desperdicies agua fría
Imaginemos a una persona desnuda tiritando dentro de un estrecho hueco con paredes de azulejos. La imagen, de por sí, ya es ridícula. Porque claro, a nadie la gusta helarse de frío mientras espera a que el agua de la ducha salga caliente. Pero mientras eso sucede, una cantidad de líquido muy preciada se desperdicia. ¡Dale otro uso! Guárdala en un cubo para fregar o para regar las plantas. Sé inteligente, sé comprometido.
Compara precios
Si tanto te quejas de tu compañía de teléfono y de internet, tal vez ha llegado el momento de buscar otras alternativas económicamente más asequibles. Cierto es que la burocracia, muchas veces, genera algo de desidia. Las cosas de palacio van despacio. Pero seguro que si te empeñas en buscar algo más rentable, más afín a tu bolsillo, encuentras alguna oferta que se ajusta a tus necesidades.
Ya lo hemos dicho antes: puede que ya hayas pensado en este humilde listado para ahorrar gastos en casa, no pretendemos haberte encendido una bombilla con estas ideas. Pero si lo hemos hecho, sólo esperamos que te puedan ser de utilidad. Y que la bombilla sea de bajo consumo, por supuesto.