Como en toda profesión, la clave del éxito inmobiliario depende de una agenda que sea garante de un día productivo. Completo. Cuando aprendes a organizar tu tiempo y entiendes en qué consiste un plan de trabajo, empiezas a crear un hábito que aportará beneficios a corto y largo plazo. Mantener tu rutina bien estructurada arrojará resultados positivos de cara al futuro. Es un valor seguro. Planificar es vital para tener las cosas claras, y eso se notará ante la confianza respecto a los clientes. Un profesional que emana una imagen organizada es capaz de crear lazos con sus compradores y aumentar sus posibilidades de venta. Y es que en la actualidad, en plena era digital, uno puede llegar a transportar su agenda de trabajo en su dispositivo móvil, tablet y hasta en el smartwatch. De esta manera no te faltarán pretextos para que tus actividades estén desordenadas. Como agente inmobiliario, acabará siendo crucial que en tu agenda sepas plasmar tu día a día. Que puedas clasificar por días y horas las reuniones que tienes estipuladas y las actividades que debas hacer.
Porque por si no lo sabías y pretendes labrarte una carrera como asesor de bienes raíces, un agente tiene cosas que hacer todos los días. ¿Cómo podrás aclararte sin agenda?
En una agenda o bloc de notas deben aparecer todas las labores que vayas a llevar a cabo. Todas aquellas que tengan que ver con el trabajo, por supuesto. Este vendría a ser un ejemplo de un día cualquiera de un agente inmobiliario. Del tuyo, tal vez.
- 09.00 am:
- Realizar listados de contactos donde encontrar posibles clientes.
- Configurar una base de datos lo suficientemente extensa para poder encontrar clientes potenciales. Tener en cuenta cualquier ámbito de mi vida, tanto profesional como privado.
- Revisar los contactos de los que ya dispongo y seleccionar aquellos que pueden procurarme beneficios.
- 11:00 am:
- Contactar telefónicamente con aquellos contactos que seleccione previamente.
- Tratar de concretar citas con ellos para poder hablarles de mis servicios.
- Detectar sus necesidades para intentar hacerles entender que requieren de mis servicios.
- 12:00 pm: Reunión con los clientes A. Rodríguez y B. Martínez
- Necesidad de conocer el tipo de propiedad que buscan y la zona en la que desean vivir.
- Obtener de información respecto al precio que estarían dispuestos a pagar.
- Ofrecer el catálogo de inmuebles de los que dispone la agencia que cumplan con sus deseos.
- 2:00 pm: Volver a la oficina.
- Calcular los números a los que podría llegar a fin de mes.
- Organizar mis estadísticas para comprobar si las posibilidades de alcanzar esa cifras son reales.
- Constatar diferencias entre los números de este mes respecto a los anteriores.
- 3:00 pm:
- Preparación de contratos de arrendamiento y de compra de vivienda para los clientes que hayan confirmado el arrendamiento o adquisición de inmuebles.
- Estudiar el listado de inmuebles que tiene la agencia en la zona de Polanco. Memorizar las características que presentan estas propiedades para las visitas de la jornada.
- 5:00 pm:
- Organizar las cuatro visitas que tengo concertadas durante una hora.
- Enseñar los inmuebles de la zona de Polanco.
- Escuchar y persuadir como herramientas para tratar de vender.
- 6:00pm:
- Visitar la zona del Centro de Coyoacán para intentar localizar posibles viviendas que estén en venta.
- Identificarlas y conseguir el teléfono de contacto de los propietarios de los inmuebles para convencerles de que precisan de mis habilidades para colocar esas propiedades.
La jornada de un agente inmobiliario puede estar completamente atestada de actividades. Encontrar un hueco para realizar otras funciones puede resultar más complicado que hallar una aguja en un pajar. En cambio, encontrar clientes tiene que acabar siendo una obligación, una habilidad en la que acabaréis siendo expertos con el paso del tiempo.