Este año nos hemos quitado la careta. Se acabó mostrar únicamente la cara amable del día en el que el mundo entero celebra el enamoramiento. Ya estamos demasiado anticuados para ello. Con todo esto, hoy no te queremos recomendar planes para enamorar a tu pareja todavía un poco más en tu hogar, sino que anhelamos centrarnos en la realidad del qué ocurre cuando la hipoteca dura más que el amor. ¿Qué opciones tienes?
Cuando la hipoteca manda, el amor perece
Hay que ponerse en situación. No es complicado lograr una visión global de esta realidad. En México se divorcian cada año más de 100.000 parejas ¡CIEN MIL!, y esta cuantía no para de aumentar. La tendencia está tan al alza como el número de años que tendrás que dedicarle al pago de la hipoteca.
Y es que todos sabemos que en un principio el amor es precioso. Perder el tiempo con la otra persona es el mayor tesoro que existe. Las discusiones son solo sobre quién quiere más a la otra persona. Sin embargo, de repente, sin que nadie se espere venir el temporal, los bombones dan paso a los enfados, las tardes de cine a intentar buscar refugio en los amigos porque no aguantas ni un segundo más en tu hogar.
Por si no lo sabes, cuando esto ocurre, la hipoteca no va a desaparecer. Por ello, tienes dos opciones cuando el amor caduca y la deuda es perenne:
- Vende la vivienda y pon fin a la hipoteca.
- Extingue el condominio y alcanza un acuerdo con el banco.
¿Las analizamos por separado?
Vende la vivienda y pon fin a la hipoteca
Seguro que esta idea ya la tienes sobre la mesa. Después de todo, es la principal a la hora de solventar esta clase de dicotomías. Si lo que quieres es evitar dolores de cabeza y ninguna de las dos partes tenéis un interés exacerbado en mantener la vivienda, apuesta por ella.
El procedimiento para actuar es el siguiente. Colócale el cartel de venta a la vivienda. Aprovecha esta tesitura de alza del mercado para alcanzar unos ingresos aceptables. Con el dinero que recibáis por la venta, pagad la deuda a la entidad bancaria y antes de que puedas contar hasta tres aquí no habrá pasado nada.
En el caso de que la cuantía recibida no sea suficiente para cancelar la hipoteca, recuerda que a partir de este momento os tenéis que dividir las cuotas restantes y que la responsabilidad es solidaria. Vamos, que si tu expareja no paga su parte, te la reclamarán a ti.
No os olvidéis de plantearos la idea de la dación en pago. Es interesante en según qué casos, aunque en los tiempos recientes no sea una práctica que acostumbren a tomar.
Extingue el condominio y alcanza un acuerdo con el banco
Imagina que tú o tu excónyuge quiere mantener la vivienda. En este caso, este es el camino que debéis tomar para alcanzar un resultado satisfactorio para ambos. Hablando en plata, consiste en que esa interesada le compra su parte del inmueble a la otra.
Sin embargo, tienes que tener en cuenta que si le vendes tu parte a la otra, todavía mantendrás tu deuda con la entidad financiera. Para acabar con ella es necesario que solicitéis la novación de la deuda al banco. Aunque huelga decir que no acostumbran a proporcionarla. Después de todo, para ellos es mucho más interesante mantener dos responsables en lugar de uno, pero bueno, no perdéis nada ante ello.
El amor puede terminarse, igual te toca la lotería. El futuro es tan incierto que no merece la pena castigarse con dolores de cabeza varios. Por tanto, enamórate, constrúyelo y ya veremos qué sucede.