¿El Bebé está en Camino y tu Casa No está Preparada?

Las bienvenidas. Tu pareja cuando te espera en el aeropuerto, los profesores en tu primer día de universidad, los compañeros al incorporarte a un nuevo trabajo. Todas ellas se enmarcan en contextos muy dispares, no se pueden medir con el mismo rasero. Pero si existe una bienvenida que a todos nos llena de ilusión, esa es la llegada de un bebé a casa. Un momento tan especial debe prepararse con suficiente antelación, pues nueve meses dan para mucho. ¿Sabéis la de cosas que se pueden hacer en tres trimestres? Nueve meses equivalen a un curso escolar, a una temporada de fútbol de las ligas europeas, a lo que puede tardar un escritor en acabar su novela. Durante ese periodo de tiempo, los padres ya tendrían que haber acondicionado el inmueble para que el bebé pueda sentirse más que cómodo. Si vuestra criatura se encuentra en camino y aún no habéis dispuesto la casa como es debido, aquí tenéis algunos tips para aquellos papás y mamás primerizos.

preparativos para la llegada del bebe a casa

Porque donde caben dos, caben tres y los que hagan falta.

Limpieza profunda

Y cuando decimos profunda nos referimos a que no quede ni un centímetro de baldosa sin desinfectar. Un bebé es más delicado que una figura de Swarovski, así que es conveniente criarlo entre algodones. Antes de que pueda instalarse en el hogar, la casa tiene que estar libre de bacterias y polvo. Así que ya podéis arremangaros cual grumete en un barco para que la cubierta quede tan brillante como el sol.

Preparar su recámara

Existe un sitio en la casa que con el paso de los años se convertirá en el santuario del nuevo inquilino, un espacio que nadie podrá profanar sin su permiso: su recámara. Antes de que el bebé empiece a vivir bajo vuestro mismo techo, debéis dejar su cuarto listo para que sea ocupado, y eso significa tener en cuenta varios factores:

cuna y articulos necesarios para la llegada del bebe

  • Iluminación: Lo mejor para todo el mundo también es aplicable para el bebé, por eso es aconsejable que pueda penetrar mucha luz natural en la recámara del pequeño. Si los días son demasiado luminosos, atenuadlos corriendo las cortinas tanto como sea necesario. Pero si la habitación, por desgracia, no ofrece demasiada claridad exterior, deberéis regularla vosotros mismos con una lámpara de techo, que a su tiempo deberá recibir el apoyo de algún punto de luz indirecto.
  • Ventilación: El aire acondicionado no es perjudicial para el niño si se usa correctamente. Es decir, no tiene que incidir directamente sobre la criatura debido a su vulnerabilidad respecto a los cambios de temperatura drásticos. Por otro lado, la ventilación tiene que darse a diario a través de las ventanas de la recámara, vigilando no abrirlas cuando las temperaturas son demasiado elevadas o bajas. De todos modos, si el ambiente es un tanto seco, siempre podréis conectar un humidificador.
  • Muebles: Los básicos son 3, y con ellos el bebé no echará nada de menos en su recámara. Lo más adecuado es hacerse con una cuna, una bañera-cambiador y un juguetero, sobre todo si sois conscientes de que la criatura, a medida que va creciendo, va acumulando tantos juguetes como el protagonista de Toy Story.
  • Proximidad: Lo más adecuado para toda la familia es que la recámara del bebé esté cerca de la de los progenitores. Tener que recorrer todo un pasillo para averiguar la causa de un llanto en medio de la noche no es tarea agradable. Cuanto más cerca esté de los padres, más rápido podréis atenderle.
  • Decoración: Por supuesto que saber el sexo de tu hijo te ayudará a preparar la habitación del niño. De todos modos, existen algunas estrategias decorativas que tanto valen para unos como para otros, especialmente cuando hablamos del color de las paredes. Predominan los colores suaves, y no tienen que ser necesariamente el clásico azul o rosa. El beige, lila o amarillo claro también denotan tranquilidad. Apoyarse en cenefas de distintos motivos también puede contribuir a enriquecer la recámara.

Asegurar la casa

Como decíamos al principio, cuando son pequeños son extremadamente frágiles, y eso se nota cuando empieza a despertarse en el niño una vocación de explorador desconocida hasta la fecha mientras su tamaño va en aumento. Y como vale más prevenir que curar, deberéis protegerle de cualquier objeto o mueble que pueda herirle. Existen ciertas medidas que harán que este Robinson Crusoe en potencia evite sufrir ciertos daños:

  • Enchufes: Por una extraña razón inexplicable, los dedos de los niños tienden a dirigirse hacia los enchufes, se sienten atraídos por ellos y nada podemos hacer para remediar un interés tan insólito. Así que no resulta nada descabellado usar protectores de plástico en aquellos que están al alcance de sus manos.
  • Escaleras, ventanas y balcones: ¡Socorro! ¡Empieza a gatear! Bien, eso es buena señal. No querréis restringir su libertad de movimientos, ¿verdad? Entonces, si os preocupan las alturas y al niño le da por ser funambulista sin dominar las nociones básicas del equilibrio, poned barreras en la parte superior de las escaleras, ventanas y balcones.
  • Productos nocivos y objetos punzantes: Fuera de la vista del niño. De verdad, mantenedlos alejados del pequeño, por mucho se empeñe en encontrar el tesoro. Escondedlo todo. Os ahorraréis algún que otro disgusto.

Almacenaje

Entre el carrito, la hamaca, la silla y la cesta, los productos de un bebé pueden llegar a ocupar más espacio que King Kong en un cubículo. Por lo tanto, tendréis que encontrar un sitio en casa que os permita almacenar todos estos artículos para que no invadan vuestro día a día.

El bebé se convertirá prácticamente en tu única ocupación cuando llegue a casa. Anticípate a los contratiempos que puedan surgir una vez esté instalado con vosotros.

 

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