Si finalmente has tomado la decisión de mudarte con tu pareja, seguramente ya habrás atravesado los momentos de dudas, reflexión y vértigo. Cuando llega el instante de dejar la casa de los padres o el departamento donde vivías solo nos comemos las uñas preguntándonos: ¿todo saldrá bien? ¿Realmente nos conviene este paso a nivel de pareja? Puede que las preguntas nos atosiguen, pero no debemos olvidar que se trata de una experiencia llena de aspectos positivos. Es un acto revolucionario, y los valientes que se atreven a emprender esta aventura deben probar esta fase de su relación. Es una decisión importante en la vida, una prueba de fuego. Así que resulta del todo normal que lo hayas estado consultando con tu almohada durante muchas noches.
Por eso mismo te aconsejamos que abandones tus miedos, pues para que puedas dar este paso trascendental en tu vida te hemos querido enumerar las ventajas de compartir un hogar con la persona que quieres.
Se comparten gastos
Cuando conjuntas tus sueldos con tu pareja, la manutención económica de la casa se hace menos pesada. Pueden dividir los gastos en partes iguales o encargarse cada uno de pagos específicos. Uno puede pagar la luz y otro comprar la despensa. ¡Tal y como quieran organizarse! Es importante establecer acuerdos financieros para que no haya malentendidos. Esto les ayudará para construir todo un patrimonio juntos.
Se reparten tareas del hogar
Las tareas del hogar no resultan tan agotadoras cuando se hacen de forma común. Organizarse en pareja para limpiar la casa o para cocinar, al final, es de lo más sencillo. Se pueden establecer las tareas en función de gustos o habilidades. Si uno se considera el rey de los fogones no le niegues la oportunidad de lucirse en caso de que tú prefieras limpiar. De esta manera, lograrás realizar tus quehaceres domésticos de forma mucho más rápida y eficaz.
Conocerse mejor
Convivir junto al otro nos ayuda a conocer aspectos de su personalidad que eran desconocidos hasta ese momento. Sus costumbres, emociones, manías y forma de organizarse. Viviendo bajo el mismo techo podrán probar la dinámica de vida en un entorno doméstico. El proceso de conocerse a fondo les permitirá establecer hábitos que se realizarán de forma automática para hacer feliz a tu pareja; para saber qué le gusta, para ser consciente de aquello que tienes que evitar. Al mismo tiempo se generarán lazos de confianza que disminuirán los secretos y las vergüenzas. Es algo básico para romper tabús y barreras, algo que tan solo se consigue durante la convivencia.
Recibes un apoyo constante
En el momento en que dos personas viven bajo el mismo techo éstas reciben un apoyo incondicional y continuo. Los asuntos que tanto nos duelen no se ponen tan cuesta arriba. Contar con el otro cada día es un auténtico lujo. Se pueden compartir metas que, en caso de ser difíciles de cumplir, serán más sencillas de lograr con la ayuda del otro. Uno impulsará a su pareja a perseguir sus sueños y a resolver problemas. Las decisiones en pareja facilitan la vida diaria, y eso se traduce también en una mayor compenetración en su relación. ¡La unión hace la fuerza!
Diseñar juntos el hogar
Una de las partes más divertidas de vivir juntos es el momento de diseñar el estilo del nido (cómo nos gusta ponernos románticos). La combinación de las preferencias estéticas de ambos resulta esencial para decorar un hogar que sentiremos como nuestro al 100%. Elegir los colores, las texturas, los muebles… La personalidad de los dos inquilinos quedará impregnada en cada rincón de la casa. No se trata sólo de tu elección, sino también de la de tu pareja. La casa debe fusionar ambos gustos para que los dos puedan sentir que pertenecen a ese lugar.
Evitas la soledad
Una de las ventajas más obvias de convivir con otra persona es que tendrás compañía todo el tiempo. Así podrás dejar de sentirte un ermitaño; así podrás dejar de hablar con las paredes al llegar a casa y dejarás de deprimirte. Por fin tendrás a alguien con quien pasar horas de pláticas, juegos y risas.
Aprendes a ser tolerante
A nivel de madurez, posiblemente ésta sea una de las ventajas mas importantes, una de las lecciones más útiles que debemos aprender. Conocerás cuáles son los pasos para ser empático con las necesidades e inquietudes del otro, y eso te ayudará a crecer como persona. Las diferencias con el otro, que pueden ser innegables, no deben alejarnos. Antes todo lo contrario. Tras un tiempo se acostumbrarán al ritmo de vida de la convivencia y el respeto hacia tu pareja se dará de manera natural.
Aparte de las ventajas ya mencionadas, existen unos cuantos factores que deberás tomar en cuenta para que tu convivencia funcione con armonía.
- La independencia es vital: Antes hablábamos de la compañía constante, pero respetar la independencia y la intimidad de la otra persona es crucial para determinados momentos.
- Deja que salgan las risas: Fomentar el sentido del humor mantendrá un ambiente agradable. La risa como forma de vida es una opción muy válida.
- Sorprende a tu pareja: Para que la monotonía de la rutina sea más leve y para romper con lo previsible en la cotidianidad.
- Comunícate: Algo crucial, pues encerrarte en ti mismo y ser hermético puede acabar siendo un sinvivir para el otro.
Mudarte con tu pareja aporta beneficios en todos los sentidos. Es una decisión en la que saldrás ganando mires por donde mires.