Y seguimos con la Navidad. ¡Claro! ¿Por qué no? Es una festividad que da para mucho. De acuerdo, tampoco dura eternamente. No estamos en Puerto Rico y ésta no es una Navidad Boricua. De todos modos, son tantas las fiestas durante estas fechas que se podría redactar perfectamente un post para cada uno de los eventos que se celebran. Pero hoy queremos que te prepares para ser anfitrión. Hoy queremos que, más que nunca, te sientas el rey del mambo. No hay mejor manera de satisfacer a tus amigos que organizando una fiesta/comida/cena en tu casa. ¿Verdad? Sí, no te pongas a temblar y no te agobies. Tú puedes hacerlo. Una celebración de la amistad siempre tiene cabida durante unos días en los que, sobre todo, prima la familia. Te ofrecemos estos tips que pueden venirte estupendamente si deseas que tu guateque sea más recordado que el Día de la Bandera.
Si nos haces caso, seguro que consigues salir ileso de esta empresa. Y si no es así, nosotros nos hacemos cargo de fregar los platos:
Decide una fecha concreta
Es lo primero que deberías hacer. De esta manera, los invitados podrán cuadrar sus agendas para poder acudir. Piensa que durante esos días todo el mundo está más ocupado que el asiento de un camionero. Avisa con antelación para que los asistentes puedan organizarse. Puedes incluso crear un evento en Facebook. ¡Bendito seas, Mark Zuckerberg!
Elabora una lista
Imprescindible. Aunque tampoco tiene que ser como la de una boda: que si invitas a fulanito también tendrá que venir menganito y éste no se lleva bien con zutanito. Si no hay lista, prepararlo todo puede resultar un verdadero embrollo. Tener claro quién irá a la fiesta te facilitará las cosas. Tú mandas, tú decides. Nunca está de más que lo tengas todo bien apuntado.
Planifica el menú
Imaginamos que si te atreves a organizar una fiesta será porque tienes buena mano para la cocina. Y lo damos por sentado porque la comida es uno de los elementos centrales de toda fiesta que incluya un menú. En Navidad existen algunos platos insustituibles, los de toda la vida: la ensalada de manzana, los tamales, el rollo de pavo, las guayabas en almíbar… Y si no das abasto en la cocina, pídele ayuda a tu mamá.
Que el invitado participe
En el punto anterior mencionábamos el menú que puedes preparar si te sientes capacitado. Aunque si te ves un tanto desbordado entre tanto plato y tanta receta, si no quieres abusar de la buena de fe de tu madre, pídele a los invitados que traigan algo de comer. Que preparen lo que deseen, pero que sea acorde a las fechas navideñas. Así seguro que contarás con una comida de los más variada y rica.
Regalos
La Navidad no se entiende sin ellos. Por eso mismo, en una comida o cena entre amigos también se pueden repartir obsequios. Los detalles nunca sobran. Es verdad que las fechas que se avecinan están infestadas de entregas de presentes. Pero si todavía queda algún juego que cuenta con el factor sorpresa, ése es el amigo secreto. Anímate y haz que se respire cierta emoción hasta que los invitados empiecen a destripar los envoltorios. Seamos niños otra vez, pero con organización.
Piensa en la música
Si deseas impregnarlo todo del mejor espíritu navideño, elige la banda sonora que más se adecue a la velada. La música puede ser uno de los resortes que te ayuden a activar la fiesta: haz que la gente se divierta. Pero ten en cuenta lo que acabamos de decir: se trata de una fiesta. Tal vez por eso lo más conveniente es crear un ambiente que invite al festejo, incluso al baile. Sé lo más selectivo posible con las canciones que vayan a sonar durante el evento. Existen melodías modernas y pegadizas que homenajean la Navidad y que se alejan de los temas musicales más tradicionales.
Si hay niños de por medio
Es muy probable que eso suceda, y lo sabes. No hay nada peor que disfrutar de una comida agradable con amigos y que tu hijo de tire de la camisa quejándose “porque me quiero ir a casa, porque tengo sueño, porque tengo hambre, porque tengo sed, porque tengo tengo tengo…”. Para evitar semejante dolor de cabeza, un remedio infalible es hacer que se relacionen con los hijos de los demás invitados. De esta forma, seguro que no se sienten solos. A partir de ahí, entretenerlos con cualquier juego o juguete no resultará complicado. Y que no se te olvide adaptar el menú para los más pequeños. Porque la frase “no me gusta” también puede convertirse en repetitiva.