Una jornada laboral agotadora merece una recompensa, un premio que uno pueda saborear todos los días al llegar a casa. La calma. La tranquilidad. El sosiego. No existen palabras mejores para contrarrestar los agobios en el trabajo. El concepto “hogar” fue creado precisamente para eso, para que uno sea capaz de refugiarse entre la intimidad que ofrecen sus muros. Para sentirse a gusto. En iCasas nos gusta trabajar, disfrutamos de lo que hacemos. Pero también somos partidarios de relajarnos al cruzar la puerta que nos separa del mundo laboral. En cualquier hogar tiene que existir un espacio que procure ese bienestar. Una estancia apartada del mundanal ruido, debidamente equipada. Con lo esencial para alejarnos de todos y hallar un remanso de paz en nuestra rutina.
¿Te imaginas poder disfrutar de una zona así en tu casa? Pues puedes. Tampoco estamos proponiendo nada inimaginable. Con los siguientes consejos, seguro que puedes montar un cuarto de relajación como es debido:
La iluminación es esencial
Una habitación pensada para relajarse no puede entenderse en un espacio hermético, cerrado, donde no entre la luz exterior. Es por eso que los ventanales juegan un papel importantísimo en este tipo de estancias. El calor que brindan los rayos del sol y la agradable sensación que se desprende de la claridad son indispensables. Hablábamos de aislarte del mundo, pero no por ello debes meterte en un agujero oscuro.
Utiliza colores claros
Transmiten suavidad, equilibrio, serenidad. Así que ya puedes hacerte con un buen bote de pintura con tonos suaves para que la calma se extienda por toda la estancia. Si estabas pensando en usar colores psicodélicos o llamativos, será que NO deseas hallar la paz al llegar a casa.
Estimula los sentidos
Tampoco queremos que contactes con energías extrañas ni que te pongas a levitar después de haber alcanzado el Nirvana, pero utilizar incienso para estimular el olfato y la presencia de plantas para satisfacer la vista es un truco de nunca falla. Así la estancia se verá libre de olores raros y decorada con cierto gusto. La decoración tiene que ser mínima, jamás inexistente.
Pon un módulo de yoga
Decíamos que no queríamos ponernos excesivamente zens, pero es cierto que no es mala idea instalar un módulo de yoga para escapar de cualquier malestar que nos aqueje. ¡Ah! ¿No sabes hacer yoga? ¿Pues a qué esperas para aprender de una vez por todas?
Decoración minimalista
No cargues demasiado el ambiente, no dispongas la habitación con numerosos elementos de mobiliario. Al preparar un cuarto que cumplirá con funciones relajantes, la decoración tiene que ser la indispensable. Recargarla de forma innecesaria conducirá a la tensión, al nerviosismo.
Incluye tus pasatiempos favoritos
Refugiarte en esta habitación no significa someterte a las doctrinas budistas para evadirte de cualquier pesar. No. También equivale a buscar cobijo en lo que más de gusta, siempre y cuando esas aficiones procuren quietud y reposo. Si lo tuyo son los libros y las novelas, podrás reservar un espacio para tenerlos al alcance de la mano.
Instala un jacuzzi, si puedes
Somos conscientes de que no todas las casas están preparadas para ello; tal vez tan solo sean unos pocos afortunados los que puedan permitírselo. Pero disponer del espacio suficiente para instalar un jacuzzi en casa no es tontería alguna. Si conseguís reprimir una expresión de asombro al contemplar esta fotografía… ¡enhorabuena! Significa que habréis conseguido aplacar vuestras ansias de vivir como un rey.
Cualquiera puede tener un espacio de relajación en su hogar. Es más: cualquiera debería tenerlo. Y como habrás podido comprobar, prepararlo no conlleva demasiados esfuerzos. Lo último que deseamos es provocar nerviosismo al montar un cuarto destinado a ofrecer lo opuesto.