Acabas de dejar tu firma en un contrato de renta y te sientes muy contento. Por fin va a comenzar la nueva etapa de tu vida. Ese momento en el que todo es posible y que estás dispuesto a acoger con toda tu energía. Sin embargo, justo al estampar tu signa te das cuenta de que tienes que desempolvar tu cuenta bancaria y pagar la fianza del arrendamiento. En ese momento te asaltan las dudas y te planteas cómo tienes que comportarte para recuperarla al final. Nosotros te lo explicamos.
Qué tienes que hacer para recuperar la fianza de un arrendamiento
Por muy cuidadoso que seas en mantener la vivienda a raya, tenemos que darte cuatro consejos que no puedes desdeñar si tu objetivo final es la recuperación de la cantidad otorgada a modo de fianza.
- Lleva todos los gastos al día.
- Respeta lo pactado en el contrato de arrendamiento.
- Avisa con antelación antes de rescindir la relación contractual.
- Cuida del lugar como si fuera tu propiedad.
Lleva todos los gatos al día
Parece de perogrullo decirlo, pero pagar todas las mensualidades es fundamental si quieres recuperar la fianza. Suponemos que no te habías planteado tener la cara de dejar de abonarlas y, encima, requerir al propietario de más dinero, pero siempre nos gusta dejarlo meridiano. Al fin y al cabo, cualquier impago le va a servir como pretexto para no devolverte la fianza.
Respeta lo pactado en el contrato de arrendamiento
Un contrato es lo más parecido a una biblia que existe en una relación de arrendamiento. Sus cláusulas son tus mandamientos y solo si las cumples te podrás ganar el cielo: la fianza. Por tanto, la devolución de esta dependerá de si te has portado correctamente o has pecado como un villano.
Avisa con antelación antes de rescindir la relación contractual
Un contrato de arrendamiento no te va a servir toda la vida, pero, oye, que tampoco es papel mojado. No puedes quebrarlo cuando quieras y esperar que la contraparte lo acepte sin objeciones. Vaya, que si tomas esta decisión, olvídate de la fianza, no la verás de nuevo ni en pintura. Cumple los plazos establecidos en la ley y en el contrato.
Cuida del lugar como si se tratara de tu propiedad
Optar por el arrendamiento no te da la libertad de hacer lo que te dé la real gana dentro, sino que tendrás que protegerlo todavía más que si fuera tuyo. Al fin y al cabo, el propietario puede utilizar la fianza para sufragar los desperfectos que hayas ocasionado con tus descuidos. Ahí queda eso.
Estos son nuestros consejos para que no se te escape la fianza de ninguna manera. Esperamos que te sirvan y que nos coloques en los comentarios cualquier elemento adicional que te gustaría sumar a la lista. Además, te recomendamos que visites nuestro apartado sobre arriendos. Quizás ahí encuentres la próxima casa de tus sueños. Quién sabe.