¿Alguna vez has escuchado a nuestros políticos hablar de que quieren implantar políticas que limiten los precios del arrendamiento?
Seguro que sí. Vaya, es que se ha puesto de moda aquí y en todo el mundo. Parece que lo que digan en Europa lo tenemos que importar por obligación. Sin embargo, ¿merece la pena de verdad traer algo que se ha probado que no funciona? Déjanos contarte cómo funcionó esta práctica en Berlín.
Limitar el arrendamiento en Alemania consigue que aumenten los precios
Durante los últimos años nos ha tocado vivir un aumento desproporcionado de los precios de las rentas.
Después de que la crisis económica se llevara por delante a gran parte del sector inmobiliario mundial y que la propiedad se convirtiera en una utopía para la mayoría de las personas, el arrendamiento apareció como la gran salvación.
Pero como en las dietas, el efecto rebote siempre es mucho más agudo. Y la verdad es que molesta mucho más recuperar los kilos que no llegar a perderlos.
El caso que hoy te relatamos es el de Berlín y Alemania. En el Viejo Continente se creó un Gobierno de coalición —entre dos partidos políticos— y el más poderoso tuvo que acatar algunas de esas ideas de bombero que surgieron del pequeño para que les ofrecieran sus votos.
Es lo que tienen los juegos de aritmética parlamentaria. Al final acaba siempre disfrutando de más poder aquel que ha recibido un menor apoyo popular.
Una de ellas fue la imposición de la limitación del precio del arrendamiento. ¿Y sabes qué ha pasado? Que ha salido mal.
Para que te hagas una idea, en las ciudades pequeñas la subida del precio del arrendamiento ronda el 5 %, mientras que en las grandes ha sido del 6 % este crecimiento inesperado.
¿Por qué no ha funcionado esta medida?
No es la primera vez que tratamos este tema en el blog, pero hoy queremos recalcarlo. Si ya nos aproximamos a esta idea cuando te hablamos de Thomas Sowell y su postura económica, hoy te presentamos la prueba fehaciente de aquella teoría.
Limitar el precio de las rentas solo tiene un efecto: desincentivar la inversión y esto deriva en un aumento posterior de los precios, con el efecto rebote del que ya te hemos hablado.
La realidad es que la única manera viable para reducir los precios del mercado del arrendamiento consiste en aumentar la oferta de vivienda dedicada a este mercado. Cuando haya más oferta que demanda, será el mercado el que se regule solo como consecuencia de la ley de la oferta y la demanda.
Ahora la pregunta es: ¿existe en México espacio para aumentar esta oferta?