¿Sabes qué es muy gracioso? Aunque en todo el mundo las personas se empeñen en pensar que son muy diferentes los unos de los otros, la realidad es que tenemos más de parecidos que de distintos.
De hecho, cada país tira del resto, quiera o no quiera hacerlo. Esto significa que los problemas de un estado se contagian y ahora en todo el planeta hay una cuestión peligrosa con el arrendamiento.
Los precios están al alza en todo el planeta. En países que tradicionalmente han elegido el arrendamiento como opción primordial y en otros donde es la novedad de la última década postcrisis.
Pase lo que pase, existe una tendencia económica que aboga por limitar los precios del arrendamiento y en este artículo te quiero contar por qué es una mala idea.
Limitar los precios del arrendamiento y el efecto boomerang
La primera vez que piensas en limitar el precio del arrendamiento te parece que es la idea del siglo.
Ostras, si ponemos un tope habrá mucha más gente que pueda acceder a la vivienda.
Pero claro, lo que a la mayoría de las personas no les explican es que cada moneda tiene su cruz.
Y de esto no hay más culpable que el político irresponsable que alza la bandera y se oculta de las consecuencias.
¿Qué efectos en la economía conlleva limitar el precio del arrendamiento?
Al principio todo parecerá el mundo del arco iris. Como cuando te tomas un chupito de tequila y te conviertes durante un instante en la persona más feliz del mundo.
Parecerá que los problemas han desaparecido, solo estarán esperando para arrasar con todo.
Se darán 3 situaciones, sin embargo:
- Limitar el precio del arrendamiento es una medida contraria a aumentar la oferta de viviendas.
- A nivel técnico es muy complicado limitar el precio y florece el dinero en negro.
- Implica subida de precios al final.
Habrá menos propiedades en régimen de arrendamiento
Ponte por un instante en la mente de ese propietario que decide que su propiedad pasará a estar en régimen de alquiler. ¿Por qué crees que toma esta decisión?
Él quiere obtener un retorno económico de ella. Entonces, evalúa los precios que hay en el mercado y escoge uno por el que considera que pueden alquilarle la propiedad.
Pero claro, si de pronto se encuentra con que le limitan las potenciales ganancias se replanteará si la opción del arrendamiento merece la pena. Quizá sea mejor vender.
Y así, uno tras otro, preferirán destinar la propiedad a otro fin y las opciones de las personas de acceder a las viviendas disminuirán todavía más.
A nivel técnico es complicadísimo limitar el precio: florecerá el dinero en negro
¿Cómo garantizas que en realidad las personas no se estén arrendando la propiedad con dinero negro de por medio?
Claro.
Los países carecen de menos para descubrir si existe esta economía sumergida.
Por tanto, nada garantiza que los precios permanezcan igual, pero con muchas menos garantías.
Al final los precios suben tanto como al principio o más
Esta es la gran ironía de la norma, que consigue el efecto contrario.
Recuerda a una dieta en la que te has peleado por bajar esos kilos que te sobran y antes de que te des cuenta has ganado más que los que tenías al principio.
Vaya plan, ¿verdad?
Por tanto, aunque en las zonas más candentes puede que el precio disminuya —y aun así hay que considerar las cantidades que se mueven en B—, la realidad es que el efecto se traslada solo a otras zonas.
Conclusiones sobre las limitaciones de los precios de arrendamiento
Habrá que ver si algún país toma la iniciativa con éxito. Por ahora lo han intentado en Alemania y Francia y los resultados han sido desastrosos.
Desde icasas mantendremos la postura de que limitar el precio del arrendamiento es una mala decisión de futuro.