¿Sabías que cada vez hay más personas que viven solas en sus hogares? Ante esta tendencia, las autoridades sanitarias se han preguntado si la soledad se ha convertido en un mal endémico de esta moderna soledad.
Como nosotros no sabemos de enfermedades y no queremos menospreciar la importancia de estas, hemos recogido unas cuantas cifras que te ayudarán a comprender esta situación.
Y ahora que llega la Navidad, ¿estás dispuesto a dar parte de tu tiempo para reducir sus impactos?
Los datos de la soledad en el hogar
Cuando hablamos de la soledad en el hogar hay que diferenciar entre dos grupos de personas:
- Por un lado se encuentran aquellos que han elegido vivir solos. Un grupo en el que lo importante para determinar si existe algún tipo de patología es comprender los motivos que han llevado a esa persona a tomar dicha decisión, en lugar de elegir la compañía.
- Por otro, aquella que se denomina soledad sobrevenida. Personas que se han encontrado con esta situación como consecuencia del fallecimiento de un familiar o una separación. Aquí es donde estas cifras realizan un mayor hincapié.
Para que comprendas el contexto, te queremos contar que los últimos 15 años se ha producido un aumento del 24,7 % de las personas que viven solas. Es decir, de todas las que antes vivían en compañía, ahora una de cada cuatro han tomado el camino de la soledad.
De hecho, las investigaciones han estimado que casi el 12 % de la población mundial vive de manera solitaria.
Miedo da el pensar cuántas de ellas pasarán solas el día de Nochebuena, ¿verdad?
¿Cuáles son las consecuencias de vivir solo?
Más allá de una sensación de soledad —que no queremos menospreciar—, vivir solo también conlleva una serie de riesgos adheridos a la situación:
- Un estudio en Finlandia concluyó que aumenta en un 80 % las oportunidades de sufrir depresión.
- El aislamiento provoca falta de integración y confianza. Unos males que se contagian después a la vida personal y profesional.
¿Y no cuenta con ventajas?
Si tuviéramos que destacar una sería la sensación de libertad, ¿pero a qué precio? ¿Merece la pena el silencio por un poco más de tranquilidad al llegar al hogar?
La vida debe ser una montaña rusa. Las emociones y las sensaciones son las que lo convierten en interesante.