Hoy es una jornada para los inconformistas. Para aquellos para los que no es suficiente mirar a la realidad y decir esto es lo que hay. Es el día del teatro. Una de las pocas fechas en las que soñar es la norma y toca rememorar todas esas historias que han servido de gasolina cuando el depósito se nos quedaba vacío. Desde iCasas Mx le queremos rendir homenaje al Teatro Peón Contreras. Un icono de la cultura mexicana.
La historia del Teatro Peón Contreras es una de altibajos
La narración que acompaña a este lugar desprende magia por los cuatro costados. No en vano, en su interior se han representado algunas de las historias más importantes de todos los tiempos. Como las grandes leyendas, ha cambiado de cuerpo y virado de nombre hasta en tres ocasiones y, aun así, siempre ha permanecido en la mente de los amantes de los cuentos que se susurraban en su interior.
El Teatro Peón Contreras nace como tal en el año 1878. Lo hace de la única manera que se hubiera concebido en una historia contada por alguien externo, con la representación de El sacrificio de la vida, un gesto homenaje a quien le da nombre a este lugar.
El Teatro Peón Contreras es un espacio para los inconformistas
El Teatro Peón Contreras fue un lugar que se resignó a quedarse en este lugar. Siempre quiso dar un paso más allá. Avanzar sin miramientos ante lo que presentaba el futuro y ya acariciaba el presente. Por ello siempre se mantuvo en la vanguardia de los espectáculos y así lo prueba la llegada antes que a muchas partes del mundo de una tecnología que parecía magia en el momento: la proyección del cine.
Fue en el Teatro Peón Contreras uno de los primeros lugares donde se reprodujo una película, y esta estuvo a punto de convertirse en su propia sentencia de muerte.
Después de todo hay ocasiones en las que uno muere de éxito, y entre el aspecto ecléctico que presentaba, las influencias francesas y el lujo que se escondía para los privilegiados en las estancias superiores, la proyección del cine acabó ganándole todo el terreno a la actuación en vivo, con la desastrosa consecuencia de que en el año 1940 se canceló la reprsentación de más obras de teatro.
El Teatro que se resistía a dejar de serlo
No obstante, todos sabemos que hemos nacido para algo en este mundo. Comprendemos nuestro propósito, la manera en la que queremos lograrlo y no nos detendremos hasta llegar a esa realidad. Con el Teatro Peón Contrerasa sucedió lo mismo y cuando perdió de vista su propia meta se percató de que quizá el camino no fuera tan plano como imaginaban sus pensamientos.
La consecuencia fue que acabó por cerrarse la sala treinta y dos años después a causa del mal estado de cuidado de las mismas. Salió a la venta, consiguió nuevos dueños y estos no dudaron ni un instante en dotarle del caliz por el que habían nacido: el teatro.
Desde entonces ha vuelto a operar de manera ininterrumpida y son muchas las familias que cada vez que tienen la más mínima ocasión se escapan a su seno para tratar de distraer su mente, beber historias y respirar ganas de renovación de un mundo que se les queda pequeño. Ellos son los soñadores, los únicos que podrán cambiar y mejorar esta realidad.